Le pedimos a algunos amigos que están en medio de la situación venezolana que nos brindaran sus opiniones sobre lo que está sucediendo en el terreno, muchos de ellos por la urgencia de la situación están en las calles o viendo la manera de cambiar las cosas. A continuación, una colaboración con algunos puntos sobre lo que hasta ahora ha ocurrido, la siguiente es una colaboración de Felipe Benites, Sociólogo, miembro del comité académico del Centro de Divulgación académica (CEDICE) y director ejecutivo de Liderazgo y Visión, AC que nos envía a manera de lista anotada de cosas que han pasado o situaciones que se han dado a raíz de las elecciones del domingo.
Esperamos ir publicando las que vayamos recibiendo para su información
Saludos
El equipo de Mirada Sur
Felipe Benites:
1. Movilizaciones, encuestas de campaña, entusiasmo rebosante en colas para votar conformadas, incluso el día anterior, consultas a boca de urna, conteos rápidos de los comandos y todo análisis racional sobre procesos electorales, coincidían en una sólida realidad: la oposición al gobierno de Maduro saldría fácilmente favorecida del proceso electoral venezolano
2. Sin embargo, muy pocas encuestadoras, muy pocos analistas y solo los exit polls de trayectoria hicieron blanco en el detalle de los guarismos. Era algo más que una victoria cómoda, era un resultado aplastante. Una relación superior del 2:1 según actas en control de la oposición (73%) que, en ausencia de información oficial por parte del árbitro electoral, Consejo Nacional Electoral (CNE) así lo revelaba. Actas que ante una proclamación sin datos verificables hubo que hacer públicas y a disposición de todo ciudadano que desee comprobarlo en línea macedoniadelnorte.com
3. Los actores democráticos, no ven dilema en una derrota electoral. La asumen y se preparan para la próxima contienda. No así aquellos con tendencia autoritaria. Ante el escenario real de una derrota, el gobierno se debatiría entre reconocer la derrota o arrebatar el triunfo
4. Desde mucho antes de la elección se notaba la propensión a no reconocer los probables resultados. El día de la elección se supo de sus contactos con factores internacionales (gobiernos de Lula y Petro) así como dirigentes de la oposición en la que, desde temprano en la tarde, se hacían solícitos de resultados previos con ventaja de entre 600-700 mil votos. El manotazo electoral rojo asomaba los colmillos.
5. En el ínterin, aliados publicaban encuestas a boca de urna de dudosa procedencia o con datos inverosímiles, a ojos de lo que gritaba la calle y recogían otros conteos de prestigio internacional. El dilema autoritario parecía resuelto: no habrá reconocimiento de la derrota. Ante esta situación quedarían las reacciones del resto de actores: Comunidad Internacional (CI); liderazgo opositor; Fuerzas Armadas Nacionales (FAN)
6. La sorpresa fue que el último de los actores en la cadena de desenlaces dilemáticos apareció de primero, antes de la lectura oficial de los resultados. Las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) o sus representantes decidieron respaldar la decisión de otorgar el triunfo al gobierno. El problema de la decisión está en que la narrativa del triunfo gubernamental no tiene un soporte técnico básico y fundamental. Un respaldo sencillo y normal. Es aquí donde se apalanca la postura de la Comunidad Internacional (CI), la oposición, la población y hasta de factores aquiescentes del gobierno para solicitar una verificación que no supone violencia, terrorismo ni conspiración: Mostrar las actas que resumen los resultados por mesa electoral, las cuales sumadas dan el total de votos emitidos por cada centro electoral que, sumados, develan la decisión del pueblo en consulta. La esencia de la soberanía
7. El Consejo Nacional Electoral (CNE) jamás prorrogó ni dio orden de cierres de centros. Por lo que el proceso de transmisión de resultados inició con centros aun abiertos. Sin embargo, fue suspendido cuando iba el 40% del conteo. El CNE argumenta saboteo en dicha trasmisión (esto se realiza después que las actas ya han sido impresas) pero antes habría desalojado a los testigos de la oposición de la sala de totalización y de los centros en donde ya se había hecho el conteo inicial. Es decir, tardaron en la maniobra un tiempo que permitió a los testigos de la a oposición disponer de una gran cantidad de actas (recuérdese que la transmisión hacia el CNE es posterior a la verificación de resultados por mesa e impresión de actas)
8. A ese 40% de data transmitida y suspendida, el Consejo Nacional Electoral (CNE) adiciona otro 40% que no ha explicado origen ni contenido, y con ello procede a dar el primer boletín de resultados. Boletín que da ganador a Maduro, de forma irreversible, sin considerar que el restante 20% de votos, sin totalizar, sumarían lo suficiente para revertir lo que ellos habían anunciado. En otras palabras, ni en su mismo diseño se podría evitar la derrota del presidente
9. La situación hoy es que el gobierno perdió todas las formas (elemento consustancial a la democracia) y decidió echar mano del fondo (el uso de la mera fuerza como sostén del poder político) habida cuenta del soporte de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN)
10. La Comunidad Internacional (CI), la oposición y sectores crecientes del país, se apalancan en la solicitud de la demostración objetiva de los resultados: las actas por centro. Una solicitud que por obvia, sencilla y cívica es inobjetable que sea enarbolada por las grandes mayorías. Incluso, candidatos como Benjamín Rausseo y José Brito, quienes reconocieron los resultados apenas fueron emitidos, aparece hoy martes 30 haciendo la misma solicitud que hacen los sectores de oposición. Cuestión que también han hecho, al menos cuatro (04) candidatos más
11. Al ser materialmente imposible para el gobierno atender este llamado, luce entrampado en una suerte de agujero de gusano del cual, si retorna al presente cívico y moderno, saldrá derrotado y bastante deteriorado para su futuro político; y si sigue adelante, hacia ese lado que no se sabe muy bien que es lo que hay detrás de dichos agujeros, seguramente saldrá siendo otra cosa de lo que fue, si logra salir. No será chavismo democrático, ni revolución participativa y protagónica, ni nada semejante. Será otra cosa
12. Las acciones de calle seguirán su curso, aunque la oposición aun no las haya convocado con la convicción y fuerza que podría hacerlo. Igual la población pareciera haberse constituido como otro actor con fuerte incidencia. No es que no dependa del llamado de la dirigencia, sin embargo, tampoco está exclusivamente esperando ser convocada a manifestar. Mientras las partes no ingresen en una zona de negociación, no quedará alternativa al escenario de la represión y la espera del desgaste, de lado y lado. En el camino habrá una criminalización de la protesta y detenciones a sus líderes asociados. Esta mañana, por ejemplo, fue apresado uno de los más importantes dirigentes que quedan en el país del partido Voluntad Popular y esta práctica es muy probable que se extienda. El guion es básico por conocido
13. Lo real es que el gobierno parece guiarse por un único propósito: mantenerse en el poder. A precios de hoy luce con espacio de juego para ello. Le acompaña la fuerza y dispone de la institucionalidad del Estado venezolano. Sin embargo, una legitimidad de origen agudamente precaria será complementada por otra de desempeño ya crónica y sin horizonte de mejora. El gobierno a estrenarse en enero de 2025 llevaría a cuestas un amplio lunar en su acta de nacimiento, al que no le aguardará otra cosa que reestructurar el desempeño de un sistema jurídico que impide la generación de confianza; ordenar unas cuentas fiscales y un aparato financiero que le obligara a devaluar más pronto que tarde y profundizar políticas restrictivas de inflación; expandir sospechas y costosos controles sobre lo que quede del sistema político y ampliar el amedrentamiento y represión de un cuerpo social al que genera masivo rechazo. Sume la eventual reedición de aislamientos y castigos por parte de los factores internacionales de poder y tendremos de nuevo a un país caminando por la cornisa de la gobernabilidad
14. Lo deseable siempre será la apertura de una canal de negociación. Para ello será fundamental el papel de los gobiernos de Brasil, Colombia y ahora México que pareciera, extrañamente, añadirse. No ha sido costumbre de la nación azteca involucrarse en fenómenos de esta naturaleza y su actual gobierno no ha vacilado en jactarse de ello. Pero allí está su presidente, izando las banderas que todo el mundo muestra, salvo los parias o aspirantes a ciegos que mucho se parecen a los que siguen creyendo en la condición plana de la tierra: “hace falta que Venezuela difunda los resultados completos de las elecciones”